
“Un cambio, conlleva siempre un movimiento.” Marta Ocampo
Todo cambio es el resultado de una alteración en lo establecido, en la situación ordinaria, en el sistema conocido.
Se produce un cambio cuando se crea algo nuevo, cuando algo se transforma por la entrada de nueva información. Cuando el sistema afectado pasa por un proceso de integración, ajuste e intercambio de la nueva información, empieza el proceso de cambio, de transformación que nos lleva a nuevos modos de actuación.
Esta información de entrada a veces puede colapsar el sistema, ser un elemento disruptivo, inesperado, sorprendente que exige movimientos inteligentes y rápidos del sistema para rehacerse, para asimilar y acomodar la nueva información y mantenerse vivo. En este caso, los elementos del sistema no son conscientes de la nueva información, no la controlan, no la prevén, esta información adviene sin su participación, y descoloca, generando mucha incertidumbre. A veces el impacto de la nueva información es tan fuerte que genera gran desorientación, un bloqueo, o un tanteo de la respuesta más adecuada a la nueva situación.
Cuando en el ámbito psicológico sucede un impacto intenso, una información fuerte y negativa hablamos de traumas; también existen traumas sociales, hechos de gran envergadura que ponen en crisis a todo el sistema social. Son hechos tan fuertes, como el que estamos viviendo hoy, a consecuencia de la pandemia del Covid-19.
A veces, las acciones que impactan al sistema no se ajustan a las condiciones del sistema, lo presionan, generando tensiones, frustraciones, por ejemplo cuando la respuesta del sistema se debe a algo que se ha impuesto.
El cambio también puede ser rítmico, respetuoso con las condiciones internas del sistema, y con la fase de su crecimiento. Esto exige una comprensión del sentido y finalidad del sistema, de su singularidad, de su historia, de sus recursos, de su potencial.
Un cambio se produce cuando inputs nuevos entran y se procesan en el sistema existente; cuando se activa la tendencia interior del sistema a auto organizarse para asegurar su supervivencia. Esta nueva información ha de incorporarse, produciendo movimientos de las antiguas rutinas y de los patrones de funcionamiento que han llegado a su límite.
A veces el sistema, que ha llegado a un tope de su funcionamiento, cierra las posibilidades a lo nuevo, cierra los espacios para que entre nueva información, nuevas percepciones y manifiesta resistencias, a veces muy consolidadas.
Ante lo nuevo, el sistema suele movilizar resistencias para mantener un determinado equilibrio, esto también forma parte de un proceso de cambio.
A continuación presento las 7 coordenadas para un mejor cambio. ( primera versión)
Son grandes líneas, que sirven de marco a los procesos de cambio personales, de equipos y organizaciones
1ª COORDENADA: RECONOCER LA NECESIDAD DEL CAMBIO. La importancia de saber reconocer cuándo un sistema ha llegado al limite de su crecimiento óptimo
2ª COORDENADA: ASENTIR LA SITUACIÓN DE PARTIDA TAL COMO ES. Ver la realidad tal como es; la importancia de la perspectiva para enfocar el proceso de cambio
3ª COORDENADA: LOS CAMBIOS DEPENDEN DE NUESTRA FORMA DE PENSAR. Diseñar nuevos escenarios , requiere de una manera diferente de pensar, de una manera diferente de percibir y relacionar las cosas
4ª COORDENADA:UNA RESPUESTA AL RETO DE HOY; TODO CUANTO HAGO AFECTA A OTROS . Las variables del entorno y la reacción de los implicados en la implantación de los cambios
5ª COORDENADA: ¿HACIA DÓNDE DIRIGIMOS LOS CAMBIOS? Mantener el foco en el objetivo, y construir imágenes positivas de lo que se desea lograr
6ª COORDENADA: ¿CÓMO PUEDO INFLUIR EN LOS CAMBIOS? La importancia de la propia valoración del equipo y las personas para confiar y desarrollar su potencial.
7ª COORDENADA: LA ESTRATEGIA DE COLABORACIÓN. La influencia de las creencias en el desarrollo de la confianza necesaria para la colaboración.
Por Marta Ocampo
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