
» Cualquier cambio que proponemos afecta al sistema donde nos movemos.» Marta Ocampo
En esta 4ª coordenada resalto el concepto de retroalimentación como clave de nuestra dimensión social frente a los cambios.
¿Quiénes o qué estará afectado por mis decisiones y acciones?
El IMPACTO DE LA ELECCIÓN.
Este nuevo tipo de pensamiento, parte del hecho de que somos seres en interdependencia. La tendencia a vernos como entes separados e independientes es una distorsión, estamos y vivimos en relación.
De la misma manera como percibimos la realidad en hechos aislados, tenemos la sensación de separación del conjunto. Separación los unos de los otros; separación de los actos y sus consecuencias. Esto nos lleva fácilmente a formular cambios egoístas, ignorando la repercusión que los cambios tienen en el conjunto y en nosotros mismos; nos lleva a considerar, erróneamente, que los cambios dependen solo del poder personal.
A veces, es difícil predecir las consecuencias de los cambios, y su efecto en los miembros del sistema.
Toda acción que hacemos entra en relación con el entorno, influye directa o indirectamente, y el entorno a su vez influye de vuelta.
El sistema, el entorno influye también en los cambios que queremos.
EL LOGRO DE UN OBJETIVO NO ES SOLO UN ASUNTO INDIVIDUAL
Influimos y somos influenciados. Por eso, es tan importante que las acciones sean lo más sanas posible, lo menos dañinas para los miembros del conjunto. Esto no es cuestión de la moral ordinaria, es cuestión de ver la continua interacción que tenemos en los sistemas de los que formamos parte.
Otro aspecto importante a considerar, es ver cómo el efecto de las acciones repercute en la persona que causa la acción, cómo el efecto vuelve a su punto de origen. Esto se debe al principio de circularidad y de realimentación.
Estos principios nos llevan a preguntarnos:
- ¿Cuál es la motivación profunda del cambio que quiero lograr?
- ¿Qué o a quiénes afecta? ¿Quiénes están involucrados? ¿Cómo reaccionan?
Estos principios, que suenan tan básicos, son con frecuencia olvidados; nos ayudan a incrementar no solo nuestra conciencia personal sino también la colectiva. A menudo estamos demasiado absortos en el yo mismo, sin tener en cuenta que ese yo mismo forma parte de un conjunto social.
Soy una parte del conjunto, el conjunto me repercute y yo lo repercuto a él.
El darnos cuenta de nuestra dimensión social, nos facilitaría mucho nuestros esfuerzos en el logro de los objetivos.
Siempre ha existido una dosis de incertidumbre cuando nos planteamos un objetivo, una meta. Nos presionamos mucho en conseguir nuestros deseos. La incertidumbre siempre ha existido, y hoy es inmensa.
Hoy nos vendría muy bien tener presente nuestra dimensión social, esta puede convertirse en una coordenada esperanzadora en estas circunstancias tan difíciles que estamos viviendo.El tomar conciencia de nuestra dimensión social nos ayudaría a aumentar la responsabilidad, como adultos en la repercusión de nuestras acciones individuales en el bien del colectivo, y también nos ayudaría a situarnos mejor para conseguir nuestros objetivos individuales.
Uno de los planteamientos del pensamiento sistémico que más me ha impactado, como coach, y como facilitadora de los procesos de cambio en las organizaciones y en los equipos, ha sido, precisamente, entender profundamente que el logro del objetivo no depende solo de la persona o de los equipos. Que el desarrollo del potencial de las personas y de los equipos esta estrechamente ligado a la influencia del sistema del que forma parte.
LA INFLUENCIA ACTIVA DE LAS PERSONAS Y LOS EQUIPOS
Si el sistema influye, y esto es un hecho, la persona o el equipo puede caer en una posición pasiva, en un discurso lamentable, propio de creencias nada favorables para el cambio, por ejemplo,» en esta situación no hay nada que hacer.» Estas actitudes derrotistas son muy fáciles de encontrar en nuestras organizaciones, en los equipos y en las personas.
Si bien, el sistema influye, lo interesante es también considerar que la persona y el equipo también pueden influir positivamente en los cambios, pues el juego de retro alimentación es constante.
Tenemos un gran reto: cómo relacionarnos con las influencias del sistema de manera constructiva, en circunstancias tan inciertas.
A través de la historia la humanidad ha sabido superar las circunstancias difíciles gracias a su potencial, a su impulso de sobrevivencia. Los impulsos de sobrevivencia han creado nuevas posiciones, nuevas ideas, nuevos inventos que han llevado a nuevas soluciones ante los retos.
Hoy también podemos recurrir a nuestros recursos y a nuestro potencial, si creamos nuevas posiciones dentro de nosotros mismos; si revisamos nuestras creencias; si confiamos en nuestras posibilidades; si nos tenemos más en cuenta los unos a los otros.
El reto y la incertidumbre es muy grande, y también lo son nuestros recursos.
Por Marta Ocampo
#gestión del cambio#equipos#organizaciones#personas