
«RELATIVIZAR, REÍR, AMAR, van juntos, los tres integran las diferencias.” Marta Ocampo
El arte de buscar el buen lugar, ese estado emocional positivo, que impulsa el desarrollo del potencial de las personas y de los equipos, pasa por el desarrollo de tres importantes competencias.
- RELATIVIZAR. Presentada como la capacidad de aumentar los puntos de observación, de ampliar la mirada, ver el contexto y superar la tendencia a fragmentar la realidad y percibirla en forma de hechos aislados.
Si nuestro campo de percepción es limitado, no vemos el conjunto, tendemos a sacar conclusiones, con base en la información e interpretación de los hechos en los que enfocamos la atención. Esta tendencia, nos lleva a la exageración, a pronunciar afirmaciones contundentes y a desarrollar posturas rígidas, frente a los acontecimientos.
La forma habitual de pensar, bastante reduccionista, está cargada de prejuicios, que buscan confirmarse, creamos, para ello, argumentos y versiones de la realidad que los sostengan.
Al relativizar buscamos ver el conjunto, lo global, el contexto, dar a la parte su justo valor, su justa medida. Cuando relativizamos podemos ver la interrelación de las partes y ver como hechos, aparentemente sin importancia, pueden tener una importancia mayor a la considerada inicialmente.
Relativizar, lleva consigo, en primera medida, la capacidad de suspender los juicios de valor automáticos, nuestras suposiciones y creencias.
Para relativizar se requiere tener una mente abierta y facilidad de cuestionarnos a nosotros mism@s y revisar, desde otros puntos de observación, las afirmaciones que hacemos de las situaciones.
Cuando relativizamos entra nueva información; podemos formular nuevas descripciones del asunto; podemos ser más creativos, tener nuevos recursos para identificar soluciones más eficaces.
La capacidad de relativizar, nos ayudará a ver los elementos que están en juego en una situación, a identificar los modos de relación de los involucrados en la situación, sea esta una situación personal o de un equipo o de una organización.
Relativizar, es una capacidad mental útil para tod@s, en cualquier momento y lugar, p.e. en las relaciones personales, en el puesto de trabajo, dirigiendo equipos, tomando decisiones, nos ayudará a tener más claridad y agudeza mental, para identificar las prioridades y las acciones más apropiadas, para el logro de los objetivos.
- REÍR: Regocijarse, alegrarse, celebrar, son actos que tienen en común el buen humor.
La capacidad de relativizar, no solo influye en nuestra capacidad de pensar con más claridad, también influye en nuestros estados emocionales.
Al tener nueva información, podemos quitarnos la carga emocional que producen los prejuicios de las situaciones, podemos abrirnos a emociones nuevas, más inteligentes, abiertas y adaptativas, p.e. ejemplo el humor, el optimismo, la confianza.
Al relativizar somos más flexibles, menos rígidos, más tolerantes, más amables y por qué no, más alegres, menos dramáticos.
En situaciones complicadas, en que las personas que tienen que tomar decisiones están bajo el efecto de emociones que los debilitan, la capacidad de relativizar, ayuda a bajar la intensidad de esas emociones. Relativizar se convierte en una competencia que ayuda a ver con más tranquilidad las situaciones; a identificar las partes amables, menos dañinas de las situaciones, aquello que es útil, que en procesos de cambio, puede mantenerse como un recurso o como una experiencia positiva.
Incluir el REÍR en este contexto, se refiere a la importancia del cultivo de las emociones inteligentes, tales como la confianza, el optimismo, la empatía, la capacidad de resiliencia, todas ellas pasan, en primera medida, por la capacidad de relativizar.
El REÍR, la presento como una analogía de las emociones positivas, de los estados de ánimo que impulsan y motivan hacia los objetivos.
Si soltamos la tensión, quitamos hierro al asunto, podemos tener mejor humor, ese bien tan escaso en nuestros días, podemos incluso reírnos de nosotros mism@s, tomarnos menos en serio, ayudarnos a tener estados de ánimo adecuados para encontrar las mejores vías de solución a los problemas y situaciones que vivimos.
En el trabajo con los equipos, en las organizaciones, he aprendido, no solo en la teoría, sino con la experiencia, que sus mejores logros dependen, no tanto, de la inteligencia y competencias profesionales de sus miembros, sino de la inteligencia emocional. Los equipos logran los mejores resultados cuando el estado de ánimo es el mejor.
El estado de ánimo es el indicador de su disponibilidad para el cambio y para el logro de sus objetivos. El buen estado de ánimo de un equipo determina sus logros.
El estado de ánimo de un equipo depende, por supuesto, de sus creencias, experiencias, de su historia, del entorno y sobre todo de su capacidad de relativizar, que le ayuda a conectar con sus recursos y valores.
- AMAR/ PERTENENCIA. Tercer elemento de esta triada. La capacidad de amar, la presento como la fuerza capaz de integrar, de unir la diversidad, de incluir, que reconoce que cada parte tiene su lugar en el todo.
Entiendo la capacidad de amar como el «pegamento”, capaz de unir lo que aparentemente está separado. (No me refiero a la capacidad de amar desde el sentimentalismo romántico). Es hacer realidad la pertenencia de cada uno de los miembros de un sistema. ( Familiar, laboral, equipos, sociedad).
Amar, la considero esa fuerza integradora, que nos lleva a desarrollar modos de relación constructivistas, que tienen en cuenta el conjunto, el sentido de pertenencia y nos impulsa a la colaboración.
En los equipos se puede ver esta fuerza integradora cuando todos sus miembros sienten que pertenecen, que participan y contribuyen a una misma identidad, han construido la visión compartida, un foco común, que alinea los esfuerzos individuales con el objetivo del equipo y su modo natural de relación es la colaboración.
Estas tres competencias RELATIVIZAR, REIR, AMAR son competencias que incluyen al ser humano completo:
– RELATIVIZAR, asociado al pensar, al discernir.
– REÍR, asociado a las emociones positivas, al estado de ánimo
– AMAR, asociado a la acción de integración y a la colaboración.
En un equipo podemos referirnos a estas competencias de la siguiente manera:
TALENTO de sus miembros y sus competencias profesionales.
CONFIANZA entre sus miembros, sentido de identidad y pertenencia.
COLABORACIÓN modo de relación constructivo, basado en el sentido de integración y en la visión compartida.
Estudios de prestigio, han demostrado que estas tres competencias van juntas y son la clave en los equipos de éxito.
Estas competencias son asignaturas pendientes en las escuelas, en las organizaciones y en la sociedad y corresponden al desarrollo del pensamiento sistémico, que concibe al ser humano en su totalidad.
Marta Ocampo.
Formación & Entrenamiento Sistémico.
Curso Especialización en Coaching Sistémico.