Unir lo que aparentemente está separado. CONTEXTO Y COMPLEJIDAD.

¿Es posible, que generemos cambios significativos, si seguimos pensando de la misma manera?
Los cambios importantes a nivel personal, social implicarán una manera diferente de comprender las cosas que nos pasan, esto pasa por ver, como dice Edgar Morin, la inadecuación que existe entre nuestros saberes desarticulados, fragmentados, parcelados y las realidades o problemas cada vez más polidisciplinarios, transversales, multidimensionales, globales.
Desde mi comprensión, esta inadecuación de la información, convierte en invisible las conexiones entre los hechos.
La fijación de los hechos y la pobreza relacional de nuestra forma de pensar actual, nos impide ver la conexión de los hechos, vemos los hechos, traducimos la realidad como secuencias lineales. Los hechos están en continua interrelación, no uno y después el siguiente , es algo más complejo.
Vamos comprendiendo, como el conocimiento de los datos aislados es insuficiente, cómo la información y los datos tienen su sentido en el contexto.
El conocimiento y la percepción de la realidad como información que conecta , no solo tiene en cuenta el contexto sino también la complejidad. La mirada estrecha, simple, aísla las partes, analiza y busca soluciones que, en muchas ocasiones, producen cambios parciales, sintomáticos y no producen cambios significativos, verdaderas transformaciones.
Para realizar cambios efectivos se requiere mirar el contexto, las relaciones entre los hechos, y requiere también considerar la complejidad.
La complejidad del latín complexo, aquello que esta entretejido , aquello que abarca, que enlaza, que trenza. Complexus significa lo que está tejido junto, hay complejidad cuando son inseparables los diferentes elementos que constituyen un todo y existe un tejido interdependiente, interactivo entre las partes y el todo y las partes entre sí.
Desde el concepto de complejidad, puedo entender la dinámica continua entre los hechos y la necesidad, tan grande, que tenemos de relacionar las partes. A veces, en nuestras vidas, hechos no tenidos en cuenta son la clave para el cambio.
La complejidad es la unión entre la unidad y la diversidad. Nuestro pensamiento analítico nos lleva a buscar soluciones, a separar las cosas, a darles un valor. Estas soluciones pueden ser válidas hasta un nivel, los cambios significativos pasarán por aprender a contextualizar, a ser capaces de ver el entretejido entre las cosas, en últimas, dependerán en parte de nuestra capacidad de ampliar la mirada, y cada vez ser más sensibles a ver las relaciones, a no excluir lo que consideramos que no es pertinente, que no tiene que ver con…
Situar la información en su contexto, ver la complejidad, son dos claves hoy para aprender, poco a poco, a unir lo que aparentemente está separado.
Marta Ocampo
Coaching Sistémico – Formación y Entrenamiento Sistémico